LA ANÉCDOTA DEL DURO
Actuába Antonio Chacón en un colmado de Facinas, un pueblecito del campo de Gibraltar, cuando a la hora de pasar la bandeja llegó un señor muy borracho y nos echó un duro. Figúrese la alegría que les entró. Entonces nadie daba tanto dinero, y aquello suponía para los tres ue llevaba, una fortuna. Como se trataba de un “acontecimiento”, en seguida le hicieron a tan espléndido espectador una gran fiesta, que duró cerca de una hora. ¡Cuál sería su sorpresa cuando al día siguiente vieron entrar en la posada donde estaban ellos al borracho de la noche anterior reclamándonos el duro! Alegaba que por estar “algo bebido” no se había fijado muy bien en lo que daba. Como es natural, el duro no se lo devolvieron, y el hombre, después de armar “su jaleíto”, se marchó por donde había venido.
Actuába Antonio Chacón en un colmado de Facinas, un pueblecito del campo de Gibraltar, cuando a la hora de pasar la bandeja llegó un señor muy borracho y nos echó un duro. Figúrese la alegría que les entró. Entonces nadie daba tanto dinero, y aquello suponía para los tres ue llevaba, una fortuna. Como se trataba de un “acontecimiento”, en seguida le hicieron a tan espléndido espectador una gran fiesta, que duró cerca de una hora. ¡Cuál sería su sorpresa cuando al día siguiente vieron entrar en la posada donde estaban ellos al borracho de la noche anterior reclamándonos el duro! Alegaba que por estar “algo bebido” no se había fijado muy bien en lo que daba. Como es natural, el duro no se lo devolvieron, y el hombre, después de armar “su jaleíto”, se marchó por donde había venido.
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