En el semanario Unión de Tarifa algunas crónicas referentes al acontecimiento de su inauguración. A continuación transcribimos lo que decía el semanario en su número 85 de 26 de junio de 1926..
"Como avanzada de nuestra ciudad y cual si fuera su barrio más típico, aunque alejado unos kilómetros del casco de la población, pero como pedazo de la misma que conserva todavía sus modalidades, usos y costumbres, con aquellas condiciones étnicas y psicológicas, propias de su alma, así Facinas, se asienta en la vertiente norte, de uno de los montes de propios del pueblo de Tarifa, al que debe la existencia esta simpática aldea.
Producto –y ello no debe ofrecernos duda– de un esfuerzo constante y paulatino alimentado por la general conveniencia, de ese núcleo de población campera que diseminada por los diferentes sitios de la campiña, dedica toda su actividad al labrantío de la tierra y al pastoreo de ganados. Estas buenas gentes en su mayoría –asalariados y jornaleros– bien pronto sintieron los efectos de una considerable distancia entre el campo y la ciudad, con el sacrificio casi perenne de vivir alejados del hogar y la familia y privados de las positivas ventajas que siempre brinda la vida comunal. Responde, pues, la aldea en su creación, a una necesidad sentida y justificada así como al noble afán del campesino tarifeño de conquistar con facilidad sus fines sociales, políticos, religiosos y económicos, compaginándolos con su habitual ocupación.
Facinas en este aspecto, sólo es un pedazo de Tarifa, cuyo génesis se encuentra en la ausencia de todo género de comunicaciones y en la enorme distancia que separa el campo de la ciudad, para poderla salvar el hombre casi a diario; es, pues, un acorte de distancias, un barrio de enlace, una aldea que de otra suerte no hubiera jamás tenido razón de ser.
Por su rara extensión y elevada altura, parece esta aldea como un balcón del campo tarifeño, que se denomina a simple vista sin el catalejo auxiliar, así como la mirada se posa con simbólica fijeza en la estrecha faja blanquecina que serpenteando por la extensa planicie, va a perderse en lejanos confines y por allá como un fenómeno de espejismo, vuela la imaginación del hombre de aldea, hacia lo infinito del espacio, único patrimonio que nadie podría discutirle; y es, que estos pueblos pequeños, humildes, que se deben a sus propias fuerzas sin el calor oficial del Estado, no tienen otros caminos por los que echar a vuelo su imaginación infantil en pos de lejanas realidades, que una carretera próxima y construida para otros que como ellos no tienen quizás ferrocarriles, pero sí, un hilo siquiera que los acerca a la civilización y al progreso, que acorta distancias entre el siglo pasado y el presente.
El telégrafo y mejor el teléfono, es algo indispensable para Facinas, cuyas ventajas bien pronto se harían sentir en la Ciudad y en la Aldea a la que acudirían gentes de todos los lugares de su extenso campo, para comunicar con los pueblos comarcados, de los que dependen en su relaciones oficiales y de negocios. Es vergonzante que en gran parte de nuestra región se carezca hoy de ese hilo indispensable y poderosísimo auxiliar en momentos determinados.
Hace muy pocos días y con ocasión de encontrarse el que esto escribe, conversando un rato en el despacho oficial del joven y activo Director Regional de la Compañía Nacional Telefónica, señor Gil Merino, hablamos entre otras cosas, de la reciente –¡ya era hora!– inauguración de un centro telefónico en Medina Sidonia, cabeza del partido judicial; y como hace tiempo, constituye en mí una pesadilla la traída del teléfono a Facinas, varias veces intentada, me aseguraba el señor Gil Merino hacerlo en breve, si como eran sus decididos propósitos enlazaba a Vejer con Medina y Chiclana, agregando estos centros en dependencia directa de Cádiz, y entonces, quedaría libre sin utilizar la línea de Vejer con Tarifa y Algeciras de donde depende en la actualidad. Una vez libre tan importante hilo cercano a Facinas, será fácil hacerlo llegar a la Aldea e incorporarla a la red general de comunicaciones, o sea a la vida de progreso y actividad que esta mejora supone.
Hoy por hoy, una de las cosas más interesantes para Facinas, quizás, la más interesante, es la apertura de un Centro de Teléfonos interurbano.
Obtuve la grata impresión en mi entrevista con el Director Regional y ante sus acertadas disposiciones en la materia, de que sea factible y en plazo no lejano, la dotación de un centro telefónico en Facinas. Considero tan necesario este medio de comunicación –fácil y rápida– que habría de utilizar el campo en sus relaciones con la ciudad, que velaremos con todo entusiasmo y tesón por obtener de quien puede hacerlo y tiene ya el asunto en sus manos, una muy pronta y deseada realidad.
Se trata –no me cansaré de repetirlo– de algo transcendentalísimo, dadas las especiales circunstancias que afectan a Facinas"
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